Miguel Barroso: Barroso, fulano de tal | Opinión

Miguel Barroso: Barroso, fulano de tal |  Opinión

Lo evidente e inmediato a simple vista eran las manos (aparte de los pelos pellizcados de los bastones, siempre en los estuches). Puede hablar, la película como los molinos del viento cambian cuando sucede y nadie controla nada, ni siquiera ella: habla y habla, con criterio, articulada, sabiendo lo que quiere decidir y sin dar el lado con obviedades que reducen a “y tal y cual”, ya algo más. Lo dicho de otro modo, la redacción en las comisiones editoriales de los martes en Prisa era incitar a la conversación con las personalidades invitadas a lo largo del arco parlamentario español para sonsacar sus visiones de la actualidad política, tanto del Gobierno como de la oposición o de profesionales y expertos. . Tuvo que llegar un momento en el que tuve que mover los brazos como espera, con el celular al lado (que podía sonar en cualquier momento con el sonido del atronador y todo el volumen) y hacerlo pasar por él con his zapatillas de deporte y sus jerséis No había nada que decir en particular y lo que, en total, era tanto: era simplemente solo una idea, una hipótesis, un algo.

La imagen fabricada por un controlador mafioso en expansión de la actividad del grupo siempre ha sido una mentira, hasta el punto de que la derecha mediática repite obstinadamente y de forma indocumentada -en público y en privado, y hasta el mismo día de su muerte- que Barroso fue el tutorel jefe de la mafia, el conductor del grupo con una intromisión continua en el periódico y en la SER para que todos a un segundo Sánchez y nadie se quede en la cola. No está claro si mienten a sabiendas, incluso los más vaticanistas, o simplemente no está claro lo que dices, y habla de conspiración. No podía estar seguro de actuar según las decisiones de los demás (“hagámoslo, hagámoslo” podría ser tu mejor idea) porque coincide directamente con lo que otros experimentan en el diario como él. actuación del poder: no pueden imaginar que no se le dicta a nadie, ni a los dueños, ni a las editoriales, ni a la información. Cualquiera se acostumbra a la pobreza profesional, sin pensar que otros lo hacen o que nadie les obliga a hacerlo.

Una salvación de ironía histórica que tuvo como protagonista a Miguel Barroso convertido en miembro del Consejo de Administración de Prisa, gracias a Joseph Oughourlian, tras recibir el impulso de un poderoso grupo de medios alternativos a Prisa y al país hace 20 años. Trabajamos para que los medios del grupo Prisa garanticen la pluralidad de información y de opinión en España y las devuelvan al lugar donde históricamente han estado EL PAÍS y la SER. Deberíamos ser muchas las personas que soñamos con escribir este libro con esta historia, y quisimos bromear con Pepa Bueno y yo emprendimos esta misma semana, sin saber si Miguel estaba en Madrid o no. Una amiga le dijo antes del vuelo de La Habana a España que el Congreso de Representantes españoles parecía estar yendo a Cuba todo el día, y que el sábado hablaría por teléfono para preparar un vuelo a Cuba para escuchar la noticia. Pensé, sólo pensé un momento, los escuché y los tomé en serio: nos vemos el martes, fulano de tal.

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By Jesus Manuel Sanchez Delgado

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