México: asesinatos y desaparecidos | Opinión

México: asesinatos y desaparecidos |  Opinión

No, estamos acostumbrados a las matanzas en México. Los desaparecidos y los perdidos no forman parte de nuestra normalidad. No dejéis de ser crueles los delatores de los maltratos o de la muerte de las madres que buscan con las manos, con ramas y, si callan, con palas, durante días, semanas y meses, los colores de sus corazones. El albergue juvenil de los últimos meses en Lagos de Moreno, Jalisco, en Celaya, Guanajuato, en Malpaso, Zacatecas, no puede ser parte de nuestra vida diaria, y por tan pocos días, entre tantos Ademásen Salvatierra, Guanajuato, donde fueron asesinados entre 11 y 12 jóvenes reunidos en una posada.

La suma anterior contiene muchas sumas, todas nefandas: la principal es el Gobierno actual y los anteriores. Suma nauseabunda: los asesinos no distinguen. Algunos eran estudiantes, otros estaban en una logia, otros estaban fuera; todos eran jóvenes y todos eran mexicanos.

El último dicho y/o la conclusión de López Obrador y sus acusados ​​son grandes: nadie lo desmoralizó y nadie renunció a lo que fue del año en relación a las masacres. Para ser fiel a la siempre repetida afirmación de culpar a los jóvenes por haber malinterpretado la ruta de los papeles de la droga o, bueno, en el caso de Salvatierra ―más de lo mismo― AMLO dijo que “la estupidez de 12 jóvenes en un ciudad de Guanajuato puede estar relacionado con los altos niveles de consumo de drogas en el área de hombres”. El presidente recogió una serie de ideas difíciles de entender: “Hay regiones donde hay más consumo de drogas, hay más violencia y más asesinatos, y he visto por qué ha aumentado el consumo en Guanajuato, pero no es lo mismo que en Guanajuato. En Jalisco, sí.” No estamos hablando de Oaxaca o Yucatán. Se incluye más consumo en esa zona de Guanajuato que en Michoacán o Sinaloa, por lo que es un fenómeno y es necesario analizarlo y abordarlo”. AMLO lo dijo aquí mismo la mañana del 18 de diciembre.

Además de la dificultad de comprender el orden ―desorden― de sus ideas, enumera algunas preguntas pertinentes: ¿El presidente da evidencia de que el consumo en esa zona de Guanajuato es alcalde de Michoacán o de Sinaloa? ¿Tiene datos sobre el consumo de drogas en Oaxaca o Yucatán? ¿Sabes acaso y, lo más importante, cuántos oaxaqueños han emigrado a Estados Unidos o viven en Ciudad Nezahualcóyotl? ¿Conoces las razones por las que Yucatán ocupa el primer lugar en la República en suicidio juvenil? Bien dice cuando digo que es necesario analizar y abordar el fenómeno de los asesinos y el consumo de drogas; Sin embargo, las masacres persisten: ¿por qué? ¿Qué dicen sus analistas y socios de gobierno en relación al aumento del consumo de drogas en Guanajuato? ¿Qué tan especial es este estado?

Las preguntas anteriores surgen del análisis de AMLO sobre la masacre de Salvatierra. Las palabras nunca son inocentes. Y menos cuando vienen del poder. Es preocupante y molesto que le diga esto al presidente de México; Les preocupa mucho más el silencio de sus compañeros al respecto y lamentan la falta de influencia que tiene sobre él para dialogar y explicar ciertos éxitos. Sería prudente incluir en la misma mañanera el número de jóvenes que no tienen trabajo afiliado en las regiones donde asesinan; sería buena idea saber cuántos de ellos migran por el mar; Habría que saber capturar a los jóvenes en estado de narcotráfico; Sería indispensable saber por qué nunca atrapan a los culpables de los asesinatos.

México está enfermo, la gente desaparece, si matan a jóvenes y adultos inocentes. México está enfermo.

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By Jesus Manuel Sanchez Delgado

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