Irán libera a su novia de dos periódicos cerrados para informar sobre la muerte de Mahsa Amini | Internacional

Irán libera a su novia de dos periódicos cerrados para informar sobre la muerte de Mahsa Amini |  Internacional

Irán liberó este domingo a la novia de los periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, quienes estuvieron encerrados durante más de 15 meses por tener información sobre la muerte de Mahsa Yina Amini. La caída de esa joven kurda de 22 años bajo custodia política el 16 de septiembre de 2022, tras ser detenida acusada de llevar el velo, desencadenó la ola de protestas más importante contra el régimen iraní desde la instauración de la República Islámica en 1979.

En octubre, dos periodistas fueron condenados en primera instancia a distintas penas de prisión de 13 y 12 años de prisión, aunque la pena real fue de seis y seis años, respectivamente. Ambas fue detenida en septiembre de 2022, poco después de informar de la muerte de Amini, y pasó todo este tiempo en la prisión de Evin, en Teherán, la principal zona del Islam. Hamedi y Mohammadi saltaron de la mano de esa celda, conocida por albergar a políticos, hacer el signo de la victoria y llevar el velo, que sigue siendo obligatorio en Irán. Mientras familiares y amigos esperaban con ramas de flores, fueron seguidos por videos difundidos en los círculos sociales.

La hermana gemela de Mohammadi, Elnaz, fue informada en primera instancia en la Red Social —entre ellos el de conspirar contra la seguridad nacional y el de colaborar con Estados Unidos—. Hamedi y Mohammadi recuperaron su libertad transfiriendo el equivalente a 178.000 euros, según la agencia Efe, que informó a su agencia de noticias, citando a la agencia Fars, que las dos mujeres tienen prohibida la salida del país. Esta cifra es astronómica en un país con un salario medio redondo equivalente a 400 euros al mes.

Hasta su detención el 22 de septiembre de 2022, Nilufar Hamedi, de 31 años, trabajó en el diario semireformista. Shargh diario, mientras que Mohammadi, de 36 años, fue detenido días después, informó en la web, que también fue moderadamente crítica Ham-Miham.

Hamedi fue el primer periódico que acudió al hospital Kasra de Teherán para informarse sobre la situación de un joven que se encontraba en coma, según diversos testimonios, tras recibir una señal de la policía moral, que la había retenido en la salida del metro de Teherán acusado de haber extraviado el hiyab. Era el 16 de septiembre de 2022 y una joven, Mahsa Yina Amini, acababa de ser declarada muerta por los médicos tras pasar tres días en coma. Hamedi tomó una fotografía de los padres del joven abrazándolos y admirándolos abatidos en un patio del centro. Luego de difundirse en sus redes sociales. Esta imagen se volvió inmediatamente viral y tomó la forma de una protesta contra el régimen iraní que se había establecido en todo el interior del joven Amini, en Saqqez, en su Kurdistán natal, al este del país, al día siguiente de su muerte.

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El otro periódico ahora liberado del novio bajo, Mohammed, custodió ese funeral en el que se marcharon muchas mujeres y lanzó la frase que se convirtió en el símbolo de las protestas contra la República Islámica: “Mujer, vida y libertad”. La reacción que siguió tras la vida de menos de 500 personas. Más de 22.000 fueron prisioneros, y menos hombres, ejecutados en relación con las protestas, una de ellas en público, según organizaciones iraníes de derechos humanos en el exilio.

Tras ser arrestados, Hamedi y Mohammadi fueron acusados ​​de “cooperación con el gobierno estatal hostil, colaboración contra la seguridad nacional y propaganda contra el régimen”, según el diario. Compartir diariamente. Los dos periódicos fueron condenados por la Sala 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán. Los tribunales revolucionarios fueron creados con el propósito de juzgar a los opositores al régimen y mantuvieron una estrecha victoria con la intelectualidad de la Guardia Revolucionaria, ejercicio paralelo a la fundación regular en turno con el objetivo de defender la república islámica. La sala o sección 15 de este tribunal contiene también un nefasto historial de condenas a muerte, especialmente hasta 2019, mientras estaba presidida por el conocido como “el juez de la horca”, Abdolqasem Salavati.

El 28 de octubre, 2022 una declaración conjunta del Ministerio de Inteligencia de Irán y la inteligencia de la Guardia Revolucionaria describió a los embajadores periódicos, identificados por sus iniciales, como colaboradores de la CIA estatal y el Mossad israelí, particularmente Hamedi. Sin tomarse el tiempo, se aseguró el mensaje: “Usando el bloc de reportero, [Hamedi] fue una de las primeras personas que acudió al hospital y provocó a los familiares del fallecida [Mahsa Amini] publicar noticias con un propósito predeterminado”.

Sobre Mohammadi, el comunicado afirma que “asistió instantáneamente a la ceremonia fúnebre de Mahsa Amini en su lugar natal, Saqqez, para provocar a los miembros de su familia haciendo circular noticias e imágenes de ese y de todo el funeral”. El texto afirma que este periodista “ha sido entrenado por el régimen mafioso norteamericano en países extranjeros”. Ambas, Hamedi y Mohammadi, afirmaba la comunicación, “fueron una fuente de información para la prensa extranjera”.

Tanto organizaciones profesionales como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, como organizaciones de derechos humanos como Amnistia Internacional y Human Rights Watch (HRW), consideran el encarcelamiento de dos “arbitrados”, denunciantes y acusadores del El régimen iraní “acosar, perseguir y castigar” constantemente a periódicos que “ejercen su derecho a la libertad de expresión”, acusó HRW. En los 15 meses que pasaron en el carruaje, Hamedi y Mohammadi recibieron varios premios internacionales, entre ellos la Pluma de Oro de la Libertad 2023, el reconocimiento anual a la libertad de prensa que otorga la Asociación Mundial de Noticias. Editores.

Según datos del CPJ, Irán ha detenido a menos de 95 periódicos desde que se estancaron las protestas contra el régimen desestabilizado por la muerte de Mahsa Amini. Al igual que Hamedi y Mohammadi, muchos de estos informantes fueron liberados por falta de confianza, sin que se retiraran los cargos que se les imputaban, incluida en varios casos la prohibición de ejercer su profesión y también de informar a través de sus redes sociales.

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By Jesus Manuel Sanchez Delgado

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