Congreso, último valladar por Claudia Sheinbaum | Opinión

Congreso, último valladar por Claudia Sheinbaum |  Opinión
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El ideario, la campaña y ahora el Congreso de la Unión. El presidente pudo consultar la lista de candidaturas plurinominales como última candidata de Claudia Sheinbaum, quien para ganar el 2 de junio tendrá que demostrar que no es miembro del Ejecutivo involucrado en las decisiones transexuales de AMLO.

No hay ojo para estadista ni caso discreto. Andrés Manuel ejerce febrilmente sus últimos meses en Palacio: para que muchos escándalos no consuman su imagen, su legado, se compromete a atacarlo en la conferencia de sus opositores, y a hacer proselitismo en los cargos de alcaldía constitucional.

A menos de cinco días de las historietas, el tabasqueño no cedió a su protagonismo y comenzó su candidatura. Sin empatía y colocándose en el centro de unas elecciones que vio fundamentalmente como un referéndum, este hombre dice que la mujer que podría haberlo sucedido tiene las mismas ideas que él.

Y para que las cosas no queden quedadas en pura retórica, Sheinbaum recibió el 5 de febrero la tarea de hacer campaña con 20 reformas que el propio López Obrador podría haber publicado en el primer mes de la nueva legislatura, en los últimos 30 días de su mandato. O antes, se realizan las votaciones.

Candidato de Morena hará proselitismo en campo minado. Los duros del lopezobradorismo se muestran vigilantes de la pureza del movimiento, y no quieren que los desvíos se traduzcan con mesura, y que decidan en un posible cambio del rumbo del tomate en el sexo que termina.

El “Proyecto de Nación 2024-30″ que les fue presentado en septiembre, cuando el exjefa del gobierno se escondía de la candidatura morenista, no duerme el sueño de los justos. Sus redactores verán hasta que el ahí planteado, un giro más radical de la visa hasta la fecha, será incorporado por el eventual presidente.

Consciente de que en las elecciones se buscaría la mayor cantidad de votos posible, Claudia decidió elaborar su propio documento, en el que mostraba la verdadera intención de su intención de relacionarse con los sectores más cercanos a Morena, y le señalaba que estaba jugando en el futuro. la gente necesita revisar el folleto.

Aunque el 5 de febrero pareció morir sin oxígeno, los trabajos del colectivo claudista fueron seguidos. Pero es innegable que por encima de ellos se ha puesto la duda de que no se trata de un ejercicio estéril, destinado a entrenar corazones que no tienen más destino que el de acumular polvo en un pozo.

Dos meses después de anunciar estos foros, en esos lugares marginales que representan el ala dura del lopezobradorismo, López Obrador formalizó en Palacio Nacional su anuncio de 20 reformas, un paquete legislativo que no sólo socava al gobierno tal como lo conocemos, sino también al campo. .

El presidente quiere que las elecciones se ocupen de sus partidarios de reconfigurar completamente los poderes judicial y legislativo, los contrapesos al poder ejecutivo, la organización de las elecciones, la militarización permanente de la seguridad pública e incluso una revisión de las pensiones de los más pobres.

El proyecto del país que aterrizará en el corazón de Sheinbaum se adaptará al esquema propuesto por AMLO el 5 de febrero o plantará una vía en un lugar inexistente. Es el mundo del revés, pero es el mundo que le gusta al líder candidato: ya tiene la solución, aunque ya haya preparado el diagnóstico.

El viernes, al inicio de esa campaña, se abordarán los temas que ha asumido el presidente, que también han definido los contenidos inevitablemente obligatorios para ellos y los candidatos de Morena, y el único objetivo: ser contactado tal como es, después ellos, la victoria presidencial, por parte del Congreso Presidente de la Unión.

López Obrador ha diseñado unas bancadas en las que gravitará mucho más el 1 de octubre de 2024, fecha de su fin como Presidente de la República. Si bien hay premios de consolación para los perdedores de las cuentas internas, los más cercanos son los favorecidos por Andrés Manuel.

En este sexenio fue el único secretario de gobierno digno de llamarse así, Adán Augusto López, catalogado como plurinominal en el Senado. Este privilegio no lo obtuvo ni en entrevistas ni en actividad -siempre reaccionando a su membresía en Sheinbaum- por lo derrotado.

Pero es el “primo hermano” del actual presidente, y el perfil que podría crear desde la coordinación de la Cámara Alta. López Hernández se ve más recompensado porque su amigo el presidente, y no el candidato, fue el factor que definió las listas.

Adán Augusto será así una mayor garantía de la continuidad del “lopezobradorismo a la López Obrador”. Y como él, con otras máticas, hay otras.

Tras ganar la presidencia, Sheinbaum irá al Senado donde, en una sucesión hiperdelantada, declarará que buscará ser presidente en 2030. Marcelo Ebrard acudirá al llamado de la Cámara Alta para trabajar para él. más que por ella. Entonces les pagan por todo lo que pidieron para que no estuviera nadie más.

Ebrard declaró esta semana en la radio la importancia que podría tener el próximo Senado. Si bien lo ejemplifica el eventual triunfo de Trump o la revisión programada del T-MEC, el gobernador también está diciendo algo revelador: el Congreso interviene, a diferencia de hoy.

¿Estará en Morena para reunirse con las principales autoridades legislativas? ¿Será que los personajes de los nuevos bancos de López Obrador asumirán que se han retirado a Palenque para que la pandilla presidencial no se haga cargo de los legisladores morenistas de la misma influencia que hoy?

Qué buena noticia hubiera sido para México que a partir de septiembre en el Congreso de la Unión se hubiera reactivado la política, se hubieran asumido unos y otros, unos y otros, como representantes populares obligados a negociar las mejores alternativas, de leyes. y de supervisión, para los problemas del país.

Tengo tiempo suficiente para soñar. La realidad más probable es que el banco de Morena y otros, sin posibilidad de retener nada hoy, incluso en el escenario en el que no crecerán, tendrán más posibilidades de resistir los cambios que buscan alternativas.

En cualquier caso, surge otra pregunta. Con los personajes que López Obrador ha perfilado ante las cámaras, ¿quién será la mujer o el hombre que la eventual presidenta Claudia Sheinbaum colocará en la secretaría de gobierno para hablar en su lugar con Adán, Marcelo, Ricardo, Norona?

Está claro que el interlocutor que envió a Bucareli tendrá la respuesta del presidente, pero ¿tendrá la fuerza y ​​el cargo para que, si lo que hoy es necesario modificar o cancelar, no haya resistencia?

Estos son los escenarios: ¿cuál le conviene más a la presidenta Claudia Sheinbaum, una de las escuelas bancarias oficiales, sorprendida por los malos resultados de López Obrador, o una de las más poderosas, incluso con capacidad de hacer cambios constitucionales, que son vistos como la ratificación de AMLO.

En la campaña y a través de un posible triunfo, Sheinbaum tuvo que pasar el delfín a líder indiscutible del movimiento, con autonomía para manipular su propia interpretación del ideario morenista, y con la fuerza para la que ningún tipo que en las cámaras la manda, y No, este nuevo diseño vale la pena.

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By Jesus Manuel Sanchez Delgado

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