El Estado (deliberadamente) débil | Opinión

El Estado (deliberadamente) débil |  Opinión

Así como en Palacio Nacional se cierran las puertas a las que exigen justicia y seguridad, México hoy es un lienzo en el que semana tras semana se proyectan los nombres del indulto de los indefensos ante los criminales, los nuevos señores del gran poder. Y al Estado no le incomoda verso débil.

Desde el puerto acapulquense hasta la frontera chiapaneca, en los adoratorios huicholes y en el desierto de Sonora, sin escapar del Bajío ni de la tierra tamaulipeca, la consonante es el desamparo del pueblo, la certeza de que quien envía no es el gobierno supremo.

Acapulco está ocupado por tres fuerzas. Antes de la devastación del huracán Otis reinaba ahí, y desde antes de este sexenio, por decirlo así, el crimen.

Ni por ninguna de esas otras personas que son el emblema del reencuentro de un par de generaciones, ni por la violencia mortal de los taxistas, ni por nada en junio el mercado estaba en llamas y las causas del incendio se sospecha que son accidentales. Bienvenidos a Acapulco, el paraíso de la extorsión.

Traje a Otis en octubre y me quedé con él de la misma manera. El gobierno desplazó a una legión de Bienestar que desde entonces se ha instalado en la puerta. Y junto a esos burócratas, como no podía ser de otra forma, llegó el Ejército. Frenar el pillaje y conseguir que los apoyos no se conviertan en el nuevo botín.

Una vez que pasó la tormenta, la vista no cambió. El transporte público en Acapulco se ha visto paralizado debido a que delincuentes han atacado a los prestadores de este servicio. La doble presencia de los órganos del Estado en la ciudad tampoco intimidará a los extorsionadores. La Guardia Nacional no es un escudo.

Así pasaron los días en la ciudad que quería levantarse. Los que tienen que controlar camiones y pesos. Los que necesitan enviar comunicaciones y poco más. La prensa informa al gobierno y no los datos. ¿Tendrás que cazar también a los delincuentes que comunicaste?

Tras Otis, el gobierno federal ha enviado diez mil elementos de la Guardia Nacional a Acapulco y los delincuentes son quienes cantan en María Bonita en el paraíso tropical. Un soldado vestido de policía por cada 100 capulqueños y ninguno así son las autoridades civiles que dan órdenes a los que pasan y a los que no.

¿Declarará pronto el presidente que las Fuerzas Armadas también serán una empresa camionera, y de ahí en adelante pasarán camiones por los cerros y costas, que tanto necesita alguien para delinquir? Es una pregunta/idea que quizás no puedas discutir.

Pero si un Acapulco militarizado inhibe al actor criminal, ¿por qué la gente espera a los chiapanecos, a los huicholes, a las madres cazadoras, a esas víctimas que lanzan SOS en los audios que extruyen porque al mismo tiempo expone su desesperación en algunos casos? decidió cambiar de interlocutor.

Así como desde hace tiempo no es en el estado en el que las madres de la investigación tienen como público destinatario el tiempo de avisar que ingresarán a esa zona, pidiente conductores seguros y comprensivos a los oscuros duenos de caminos y montañas, ahora algunos las mujeres wixárika lo han hecho solas.

Se vive en la marginación, pero tiene total lógica: aquí, si el delito no es lo que se ve, como es el presidente vive en su delirio palaciego.

A quién rogar si no a los capos ensalzados por los narcocorridos en este país donde la norma es que el gobernador de muchos o prácticamente todos los estados sea sin pudor uno o una vela a la izquierda.

En el primer sexo los pobres se empobrecieron en Socoltenango, Chiapas, temiendo las posibles represalias de los delincuentes contra quienes no se alejaban de sus tierras porque no se resignaban a dejar Gallinas y Vacas, que era todo lo que tenía y ahora les fue confiscado. por el jefe de la plaza.

En el gobierno que prometió faltan justicia para sacar a un puñado de mexicanos que iban a ser explotados por caciques con metralleta se enfrentaron con sus expoliadores, en choque con muertos de los dos lados, pero en lo que fue la venganza de quienes no temieron la deuda. El estado es algo seguro.

México no ha terminado de decir feliz año nuevo cuando en Tabasco el gobierno está más preocupado por desprestigiar a las mujeres que han sido detenidas, y en Tamaulipas son sus propios funcionarios los que piden a los delincuentes que ahora vienen a las elecciones, por favor si traer bien.

Y mientras es ocupado por los gobernantes, una madre buscadora es secuestrada en Guanajuato y su esposo y su hijo son secuestrados. Uno mas.

Tan común, tan sórdidamente ordinaria, esta noticia sólo se entrega en espacios informativos. Más madre devorada por delincuentes… y menos aún que ha tenido que quejarse ante el gobierno que ha decidido que los cuerpos de esas madres son inmensamente buscados.

El presidente ha decidido que la Comisión Nacional de Investigación Popular, anteriormente apoyada por su gobierno, sea ahora sólo un miembro; quienes, impulsados ​​por buenas intenciones, que luego serían cooptados por obsecuentes y grises lopezobradoristas, necesitaban darle espacio a sus madres y nada más.

Esta Comisión ha sido saqueada y en su lugar de interés esperará el turno normal de trabajo donde, albricias, el gobierno se encuentra cada día con más desaparecidos y lo único que requeriría era la voluntad presidencial de este Gran Presidente y nada la capacidad institucional.

Es una fórmula publicitaria probada durante seis años y porque funciona en las encuestas.

La gente se siente más segura, dicen los hallazgos del INEGI, en el país donde hay más impunidad, y similar a lo normal, que un albergue en Salvatierra termine en la masacre de un ex jóvenes, y cerca del sitio donde hace sólo una semana otros cinco estudiantes fueron masacrados, y no sólo lejos de Lagos de Moreno, región que ven como calcinan a sus hijos.

Mientras tanto, el presidente ha seguido el camino de la concentración del poder. ¿Cree usted que era mejor una guardia militarizada que las 32 eficientes policías estatales, que una policía que va y viene según las necesidades mediáticas, es mejor que las autoridades demuestren que pagan el precio?

Tan debilitado al Estado. Entonces si echó acumula toda la responsabilidad antes de compartirla con las entidades federativas que integran La Repubblica, en Mayúscula. Para quienes quieren que un país tenga un sistema de seguridad nacional, el jefe del Ejecutivo devuelve un diario con un puñado de castrens.

De la misma manera, al no aceptar que el Congreso fiscal en el gobierno, al buscar cualquier intención de exigir dinero a sus colaboradores, haya provocado que el elefante burocrático no sólo sea reumático, sino, jactancioso, suponemos que no se cumple la intención de caminar. que hacer.

Un Estado débil puede ser el sueño de un presidente que crea que esta condición será fuerte, indispensable y central. La renuncia del Estado a sus responsabilidades, mientras es examinada por otros representantes de los ciudadanos, genera parásitos oportunistas dañinos.

El presidente vive su ilusión el poder mientras el mundo entero en México sabe que este rey es tan desnudo que no vale la pena, ya tienes que aparecerle a tu amigo, que alguien de verdad intenta adueñarse del dinero y del dinero, luego le impone precios y aranceles. caminos, mercados y propiedades.

Parafraseando al clásico, cuando llegamos a las tierras de los huicholes o de los chiapanecos, no encontramos nada porque quedaban tantos…

Y si esa desdenia e insolidaridad de la ciudad no fuese por su pecado social, no cabe destacar que ese estado de endeudamiento es también una excusa para sus obligaciones en los tianguis, mercados, barrios, autopistas -el autotransporte robo es imposible- y balnearios de las grandes urbes mexicanas.

De Tapalpa a Cuernavaca, de Cancún a Tulum, de Acapulco al Valle, de Ixtapa a Vallarta… gobiernan los innombrables, y el turismo nacional y extranjero lo sabe.

Cuando el Estado está endeudado, primero por decisión propia, manda el crimen. No sólo sobre la vida y los bienes de los más pobres y marginados: que nadie se haga ilusiones, dirigen los fundadores panistas, para que no nos decepcionemos de lo que necesariamente venderán, si México no se dispersa con los terribles llamados de auxilio. que los campesinos enviarán abandonados para el presidente.

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By Jesus Manuel Sanchez Delgado

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